Mis padres me dieron la opción de mi religión. ¡A los 38 elegí!
Me convertí en católica “tradicional” de la FSSPX, bautizada hace 9 meses.
Todo empezó hace 2 años y medio, cuando un colega me habló de la historia de la Iglesia y de la profunda división desde el Concilio Vaticano II en los años 1960, entre los católicos que querían seguir practicando su religión como desde hace 2000 años, y los que queriendo reformar y modernizar la Iglesia, disminuyendo en el proceso los ritos de todos los sacramentos heredados del pasado.
Entonces comprendí por qué la religión católica se ha perdido durante dos generaciones en la mayoría de las familias: ¡se hizo todo lo posible para destruir la fe!
En efecto, al modificar los sacramentos, las personas ya no reciben a Jesús en sí mismas con tanta fuerza y belleza...
Por tanto, es difícil comprender lo que se siente al salir de una misa "tradicional" donde se realizan correctamente los sacramentos.
Vemos los daños de la modernización de la Iglesia hoy, con un Papa pro-LGBT, que aboga por el aborto, la vacunación, que quiere levantar el secreto de confesión, etc, etc.
Si estas comunidades “tradicionales” parecen tan firmes es porque corren un gran peligro de ser tentadas por las ideas modernistas, y las masas conciliares más accesibles...
Hoy conduzco 45 minutos para asistir a una Santa Misa en latín, pero sé por qué lo hago.
El bienestar y la impresión de habernos dado una ducha de pureza, los cantos, el carácter sagrado de la ceremonia, el vestuario, la decoración, aunque estemos prohibidos en las iglesias...
Todo esto le habla a mi alma que tiene sed de Dios.
Hoy en día, es difícil faltar a una misa dominical...
Y la única otra misa, conciliar, a la que asistí parecía realmente desprovista de sacralidad: el sacerdote estaba vuelto hacia los fieles en lugar de estar vuelto hacia el altar, hacia Dios. La hostia se entregaba en mano aunque se supone que representa el cuerpo de Cristo, que normalmente el sacerdote toma con la yema de los dedos y coloca suavemente sobre la lengua de los fieles mientras recita una oración. Los fieles iban vestidos de manera moderna, sin ningún tipo de respeto o sumisión a Dios, mientras que en la misa “tradicional”, las mujeres van con faldas o vestidos por debajo de la rodilla y cubiertas hasta la cabeza. Los hombres van de traje... Se presta especial atención a la apariencia, nos vestimos como antes.
En definitiva, catolicismo sí, pero no un catolicismo cualquiera.
Mi fe hoy es sólida e indestructible, porque sé que hay una sola verdad y es la compartida desde hace 2000 años en las misas latinas.